Sobre el gótico femenino y otros cuentos
Cuentos Completos (1909-1937)
Edith Wharton
Páginas de Espuma, 2019
Quienes disfrutaron de La casa de la alegría, La edad de la Inocencia o de Ethan Frome (personaje al que los estándares de la rancia masculinidad se le resisten), disfrutarán también de la colección de estos Cuentos Completos (1909-1937) pues conforma un magnífico relato del cambio de siglo de nuestro mundo, descrito con la visión cosmopolita de una escritora que bebió de las dos orillas: Norteamérica y Europa. Sin embargo, los relatos cortos han recibido escasa atención por parte de quienes dictan el canon. Y es en esta faceta de su escritura en la que hoy ponemos nuestra lupa violeta.
Edith Wharton (Nueva York en 1862, Francia 1937), navegó entre el realismo y el modernismo y en ese hueco encuentra espacio para formular historias de fantasmas con un marcado carácter gótico, al más puro estilo inglés, donde la niebla y el campo se alían para que un ente etéreo pueda aparecer y desaparecer, incorporando así un personaje del más allá entre los vivos. De esta manera, continuó con un género que disfrutó de gran aceptación y reputación (W. Irving, E. A, Poe, H. James). Ahora bien, se distancia del mismo, pues el universo femenino con que el llena sus páginas tiene sobrada entidad fantasmagórica y no necesitará de elementos sobrenaturales para acercarnos al submundo de los espectros. Si tuviese que definir el hilo conductor de esta obra, lo haría con las palabras destino/elección: ellas van en un velero silencioso que cruza los mares a merced del viento, ellos lo surcan a motor…Y así, desde la ficción y a corazón abierto, narra la realidad de las mujeres, su sometimiento y su anhelo de poder ejercer el derecho a elegir.
Una idea que subyace a lo largo de toda la obra.
De entre todos los cuentos, recomiendo Refugiados y lo elijo porque rompe con el tejido narrativo y consigue transgredir los límites posibles a través de la experiencia de una protagonista que se transforma, fortaleciéndose con el paso de los años. Una historia que trivializa sobre temas hirientes y al hacerlo nos abofetea. Trivialidad que solo es capaz de salvar la protagonista de la historia, Audrey Rushworth, una mujer. Wharton nunca se proclamó defensora del feminismo, sus historias hablan de otro modo. Leerlas proporciona no pocas sensaciones: nos invita a navegar en la máquina del tiempo en un recorrido inverso que, en cualquier caso, nos desvela fragmentos de nuestro pasado. Fantasmas, creación literaria, migraciones adulterio, capitalismo, academia. Pasen y elijan, el abanico de temas es amplio. El viaje está asegurado.