El conflicto sirio en clave de mujer
MY FAVORITE FABRIC (MON TISSU PRÉFÉRÉ). Directora Gaya Jiji.
Tuve el placer de ver esta película el martes 23 de octubre 2018 en el cine valenciano Babel, dentro del marco de la 33 MOSTRA DE VALENCIA, CINEMA DEL MEDITERRANI.
La acción transcurre en 2011, en aquella primavera árabe que removió los cimientos de gran parte de países del Mediterráneo, y condujo al comienzo de la terrible guerra siria. Resultan escalofriantes las imágenes reales de bombardeos y masacres que salpican la cinta.
Pero lo interesante de esta película es el foco sobre el que la directora ha centrado la acción, un universo familiar de mujeres: Nahla, la protagonista, sus dos hermanas menores y su madre. A lo que se añaden otros dos importantes personajes femeninos: la dueña del burdel establecido dos pisos más arriba de la casa familiar de Nahla, donde ésta busca refugio para dejar volar sus sueños de libertad; y la compañera de trabajo, que la apoya en sus decisiones vitales, éste último personaje, interpretado por la propia directora Gaya Jiji.
La red de conflictos, encuentros y desencuentros que va tejiéndose entre ellas es un perspicaz reflejo de la situación conflictiva de la sociedad siria. La situación de todas estas mujeres funciona como una potente metáfora del marco beligerante en que vive el pueblo sirio. La guerra dentro de la familia, metonimia de la guerra en el país.
Tras la proyección hubo un interesante debate con la directora y actriz, que respondió a las preguntas y reflexiones sobre este film, por el que recibió merecidamente el premio Women in Motion en el Festival de Cannes en 2016.
Gaya Jiji confiesa que una de sus fuentes de inspiración fue La casa de Bernarda Alba de García Lorca. Efectivamente, ese entono cerrado de mujeres comandadas por la férrea matriarca, nos remite al imaginario lorquiano desde un contexto árabe. También afirma que, aunque la película no es totalmente autobiográfica, sí refleja un compendio de situaciones vividas por ella y por mujeres con las que ha compartido su vida.
El hecho de que el rodaje no pudiera realizarse en Damasco debido al peligro existente, tal como estaba previsto en el guión, en lugar de ser un hándicap supuso un hallazgo para la directora, porque le permitió dar al montaje un vuelo artístico, recurriendo a elementos poéticos que enriquecen el film, rodado finalmente en Estambul.
Es una lástima que, como ocurre a menudo, películas como ésta no estén en cartel o permanezcan escaso tiempo. Aún hay que continuar trabajando por la visibilización de las mujeres cineastas y sus interesantes propuestas. A no perdérsela.