Presentación del retrato de María Zambrano
El martes 4 de junio se vivió una jornada histórica en el ATENEO de Madrid con ocasión de la presentación del retrato de María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904 – Madrid 1991), obra del pintor Luis Moro. Emilia Pardo Bazán estuvo cien años sola en la Galería de Retratos de ilustres ateneístas. Llegaron después los de Clara Campoamor, Carmen de Burgos, Almudena Grandes, Elena Fortún y por último éste. Considerada la filósofa de la Generación del 27, su reivindicación de la razón poética supuso un giro epistemológico y estético en el pensamiento español del siglo XX. Permaneció fuera de España de 1939 a 1984 y este merecido reconocimiento llega en 2024, el año en el que se cumplen 40 años de su regreso del exilio.
El retrato realizado por Luis Moro con una gran sensibilidad y maestría técnica, presenta a la filósofa a su regreso a Madrid, en edad avanzada, fumando con la boquilla en mano y con la mirada iluminante de la sabiduría poética que dejó escrita en su prolífica obra de la que cabe destacar: Filosofía y Poesía (1939), El Hombre y lo Divino (1955), Claros del bosque (1977), Algunos lugares de la pintura (1989), y Los bienaventurados (1990), entre otros muchas más.
María Zambrano marchó al exilio siendo la única mujer filósofa de aquel grupo de mujeres que se les conoce hoy como «las sinsombrero» y que aunaron producción cultural y movilización política. En un principio, María Zambrano no estuvo incluida en aquel exilio selectivo de intelectuales formados en la Universidad Central de Madrid que llegarían a México. Su condición de mujer jugó en su contra y fue gracias a su amiga, la pintora Maruja Mallo, quien, a través de Alfonso Reyes Ochoa, intercedió por ella ante el secretario de la Casa de España en México, Daniel Cosío Villegas, que fue quien definitivamente cursó la invitación para que formara parte de ese grupo de intelectuales que habían abandonado España. Y así fue como llegó en barco al puerto de Veracruz el 24 de marzo de 1939.
La intercesión de Maruja Mallo constituye un ejemplo de sororidad entre mujeres que vivieron el exilio como «una dimensión esencial de la vida humana». La filósofa, antes de su regreso a su país de origen, residió en México, Cuba, Venezuela, Puerto Rico, Italia y Suiza. Finalmente, tras más de cuarenta años de vida errante, regresó a Madrid el 20 de noviembre de 1984 gracias a Jaime Salinas, hijo de su amigo el poeta Pedro Salinas, que le procuró las condiciones para poder regresar y salir de su penuria económica. Volvió para dejar su legado en España, país que le reconocería su valía intelectual con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (1981) y con el Premio Cervantes (1988), siendo la primera mujer en recibirlo.
Incorporar su retrato a la Galería de ilustres ateneístas completa la relevancia cultural que la filósofa hubo de tener en vida y que las circunstancias históricas lo impidieron. El evento contó con la presencia de la Presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo, compañera y socia de CyM. Inició el acto el Presidente del Ateneo Luis Arroyo quien señaló que María Zambrano fue secretaria primera de la Sección de Filosofía del Ateneo y que, en esa etapa, durante los años de la II República, su dedicación fue mucha y muy activa. Siguieron los discursos de los alcaldes de Segovia y Vélez-Málaga, ciudades que constituyen el punto de arranque vital en la biografía de la filósofa. La parte más emotiva tuvo lugar con la lectura de textos de la filósofa llevada a cabo por Nieves Rodríguez, Fanny Rubio, Rosa Mascarell, Amalia Iglesias, Marifé Santiago y Mercedes Gómez Blesa. Contó además con la presencia artística de la bailarina María Cabrera que con la destreza de su danza añadió belleza y movimiento a los textos leídos. El evento concluyó con la grabación de la voz de la filósofa. Un momento culmen que recibió el aplauso de todo el público asistente.
Para Clásicas y Modernas fue una ocasión de reunión y celebración. Tres de nuestras socias que forman parte de la Fundación María Zambrano Vélez-Málaga (Rosa Mascarell-Dauder, Marifé Santiago Bolaños y Mercedes Gómez Blesa) leyeron los textos seleccionados. Sin olvidar a nuestra compañera y socia, la escritora Nieves Rodríguez que también participó en las lecturas. Fuimos muchas las que entre el público quisimos acompañarlas: Ana Santos, Nieves Mateo, Cristina Guirao, María Muñoz, Ana María Portal, Carmen Crespo, Concha Mayordomo y Amparo Zacarés. Sin duda fue un día histórico, muy emotivo y de un gran valor simbólico que reconoce, en la figura y obra de la filósofa, el papel crucial que las mujeres tenemos en la cultura.