Debate Pendiente VII, Segovia: «La recepción de las obras culturales y artísticas de las mujeres en los medios de comunicación»
Organizado por Clásicas y Modernas, asociación para la Igualdad de Género en la Cultura, el día 17 de noviembre tuvo lugar, en Segovia, la séptima edición de El Debate Pendiente.
La jornada, celebrada en la Sala ExPresa II, del espacio La Cárcel_Segovia Centro de Creación, se enmarcó dentro de MUCES (Muestra de Cine Europeo de Segovia), de modo que fue una importante contribución en lo que se refiere a una reflexión profunda sobre la igualdad entre las mujeres y los hombres, en un contexto en el que la imagen creativa, la imagen cinematográfica, focalizaba la atención.
El propio espacio en el que se celebró el debate albergaba una exposición de la actriz Blanca de Silos, con todo un recorrido por su filmografía. Se da, además, la circunstancia de que, desde hace pocos meses, Blanca de Silos da nombre a una calle de Segovia; el Ayuntamiento está aplicando, escrupulosamente, la Ley de Memoria Histórica teniendo sumo cuidado para que haya paridad en los nombres elegidos.
En la sala, se dieron cita medio centenar de personas, que era el número aproximado para el cual se había organizado el debate. Jóvenes estudiantes de la universidad, profesorado, creadoras, público general y de distintas edades, siguieron con gran interés una amena tertulia en la que participaron Berna González Harbour –novelista, periodista ex directora de Babelia, el suplemento cultural de El País-, Angélica Tanarro (CyM) –poeta, redactora jefa de Cultura de El Norte de Castilla y del suplemento cultural La sombra del ciprés-, Susana de Andrés –profesora de la Universidad de Valladolid, en el Campus María Zambrano de Segovia, miembro de la Cátedra de Género de la UVA, y del Consejo Municipal de la Mujer del Ayuntamiento de Segovia, y directora del master de Comunicación con fines sociales-, siendo la moderadora Marifé Santiago –escritora, profesora de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad Rey Juan Carlos, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Segovia, Vicepresidenta Segunda de Clásicas y Modernas.
Firma de las Temporadas Igualdad
La jornada comenzó con la firma de las Temporadas Igualdad en las Artes Escénicas por parte de la Alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, y la Presidenta de Clásicas y Modernas, Laura Freixas. Es la primera vez que un Ayuntamiento se adhiere a las Temporadas, pues es habitual que lo haga un centro de cultura, un festival, etc., pero no un consistorio en su conjunto. Se establece así, de un modo explícito por parte de Segovia, lo que está implícito en toda la política cultural de la ciudad, como se demuestra en todas las acciones desarrolladas desde la Concejalía de Cultura (programación de todos los festivales y acontecimientos culturales, subvenciones, convenios, etc.).
El Debate: jurados, experiencias personales, ausencia de creadoras.
Tras la firma, y después de la bienvenida y presentación del acto por parte de Marifé Santiago, las ponentes del debate hicieron una primera intervención que permitiría, después, desarrollar distintas líneas de reflexión.
Así, Berna González Harbour habló de certámenes y jurados, de cómo programaciones y resultados van a verse reflejados en lo que los medios recogen, lo cual impide que códigos y cánones se modifiquen. Habló de la necesidad de que pre-jurados de certámenes y, por supuesto, jurados exijan paridad entre sus componentes de cara a que el equilibrio sea real, mucho más allá de cuotas impuestas pero sí de sensibilidades que deben imponerse. Definió la prensa como “alerta de tsunamis”, y la obligación, por lo tanto, de que contemplar dicha alerta con una perspectiva de género se convierta en una exigencia profesional. Puso ejemplos personales, en su faceta de creadora, como la Semana Negra de Gijón, que la han llevado a señalar un decálogo “de participación” que sigue, escrupulosamente, a la hora de aceptar asistencia a festivales, jurados, premios, etc. “No necesito cuotas, prefiero sensibilidad”, podría ser el resumen de esta intervención. Porque esa sensibilidad requiere educación, conciencia y compromiso.
Angélica Tanarro comenzó recordando una anécdota del tiempo en el que, también, dio clases de periodismo en la Universidad de Valladolid. Experimentaba entregando la fotografía que acompañaba a una noticia sobre una reunión política de alto nivel. Pedía que los y las estudiantes analizaran esa imagen. A la pregunta de “qué hay de raro en esta foto”, se respondía con las características de la misma, con la adecuación entre la imagen y el texto, pero nadie decía que no había mujeres, porque eso “no era raro”. Crear una alerta en la cabeza requiere una reflexión previa, una constante señalización de la ausencia. La sutileza de los mecanismos de la desigualdad hacen que cuando se aportan datos resulten una verdadera “sorpresa”. Los premios literarios, los premios de artes plásticas, etc., se caracterizan siempre por la escasez de creadoras premiadas, de modo que, como es obvio, los medios de comunicación no recogen de un modo realista la creación de las mujeres. Dado que los premios generan noticias, esas noticias siempre lo son de hombres; los medios hacen, por lo tanto, un currículo para los hombres, que siguen acaparando portadas y primeras páginas. Centró su acción como redactora jefa de cultura de un importante medio de comunicación, y compartió su experiencia personal señalando el hecho de que los medios son conservadores frente a las posibilidades que podrían desarrollar, precisamente porque las mujeres tampoco estamos en las decisiones que se toman en la prensa. Una mirada de género buscará oportunidades para que las creadoras estén en portada, en primeras páginas, buscará editoriales, publicaciones a reseñar donde se tenga esa misma mirada y, sobre todo, estará pendiente de los libros que suceden “en los márgenes”.
Susana de Andrés también aportó su experiencia como profesora que trabaja con perspectiva de género. Puso el ejemplo de la pregunta a sus estudiantes de cuántas artistas conocen, y cómo y por qué las conocen. Las respuestas, desoladoramente obvias, demuestran que hay una recepción intensiva pero no extensiva, y que el conocimiento de las mujeres creadoras llega más por la vía icónica, como objetos de la cultura, como gran elemento del relato cultural canónico, que por considerarlas sujeto de la misma. Consideró “violencia” la brecha de género que supone la desigualdad, la brecha que mantiene una mirada masculina, generadora de “toxicidad icónica”, de una “patología de la imagen” que convierte a las mujeres en “ventrílocuas” porque no hablan por sí mismas. La mirada masculina heredada hace que lo que definió como “nuestro supervisor” de criterio también sea masculino. Y abogó por una mirada feminista en la que la igualdad sea el gran y único criterio. “La democracia nos debe esa igualdad”.
Partiendo de esta primera intervención, fueron generándose senderos discursivos y de reflexión, que agotaron un tiempo extraordinario. El Debate podría haber continuado, lo cual es excelente porque tanto las tertulianas como el público demandaban más espacios de encuentro como el que se había creado.
En las preguntas del público, surgieron desde el uso de los términos a la hora de definir la creación y, por tanto, el juicio que hacia ella se establece (“la locura en un hombre artista es maravillosa; en una mujer artista requiere su encierro inmediato”), hasta el replanteamiento a la hora de deconstruir la identidad de los hombres como receptores culturales –como señaló uno de los asistentes al coloquio-. Pasando por el descubrimiento de nuevas miradas que orientan y descubren nuevas formas de escuchar y de expresar, hasta la segmentación que los patrones de recepción aprendidos, y perpetuados en los medios de comunicación tradicionales. En definitiva, la puerta para seguir pensando y compartiendo quedó abierta, así como la necesidad de seguir propiciando momentos como este Debate Pendiente.