«Verano 1993» representará a España en los Óscar
Publicado originalmente por El País el 07/07/2017.
Verano 1993, de la debutante Carla Simón, será la representante española en la carrera a los Oscar, cuya 90ª edición se celebrará el próximo 4 de marzo en el Teatro Dolby en Los Ángeles. La actriz ganadora del Goya Anna Castillo ha sido la encargada de abrir el sobre con el título seleccionado, una película que describe la dramática historia personal de su directora, Carla Simón (Barcelona, 1986), que perdió de niña a sus padres. La pequeña fue acogida por la familia de su tío materno y abandonó Barcelona para trasladarse a vivir a un pueblo del Ampurdán. La película fue aplaudida en el último Festival de Berlín, donde se presentó en la sección Generation Kplus, y obtuvo el premio a la mejor ópera prima de todo el certamen. Posteriormente, se hizo con la Biznaga de Oro del Festival de Málaga. Los académicos la han preferido antes que Abracadabra, de Pablo Berger, y 1898. Los últimos de Filipinas, de Salvador Calvo, un trío de filmes elegidos de entre los 42 largometrajes estrenados entre el 1 octubre de 2016 y el 30 de septiembre 2017. El filme ya ha sido vista por más de 96.300 espectadores (más de 600.000 euros en taquila) desde su estreno, el pasado 30 de junio, sigue en cartel, y aumentará sus copias el próximo fin de semana.
La película también ha sido premiada en otros festivales internacionales como el Bafici, el Festival Internacional de Cine de Estambul, en Cannes o el de Odesa, entre otros. Ya se ha estrenado Francia, Holanda y Bélgica -entre otros mercados- y próximamente lo hará en Estados Unidos.
Verano 1993, que está rodada en catalán y su título original es Estiu 1993,responde a dos interrogantes, segun su directora: ¿cómo se le explica a un niño la muerte? ¿Cómo entender lo que está sucediendo a su alrededor, los silencios, los gestos? A Carla Simón (Barcelona, 1986) el sida le arrebató a sus padres cuando era una cría, y se fue a vivir con sus tíos y con una prima un poco más pequeña. En aquel momento, el virus del VIH parecía un enemigo imbatible, y el desconocimiento hizo aún más complicada la vida de aquella niña a la que rehuían en algunos ambientes. «Por desgracia para mis padres, los retrovirales efectivos llegaron después, un año tarde para haberles salvado». Y mientras masticaba su dolor, la ausencia de su madre, intentaba asimilar el concepto de «gestionar emociones», Carla Simón no lloró. «No tengo pudor con ello porque después de haberlo contado tantas veces mi historia suena a cuento. De hecho, durante el proceso de creación de la película, pasé momentos desconectada del hecho de que fuera mi vida. Sobre todo, en el rodaje». Simón se graduó en Comunicación Audiovisual en la Universidad Autònoma de Barcelona, y después estudió cine en Londres.
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