Iris M. Zavala
(27 de diciembre de 1936 – 10 de abril de 2020)
Conocí a Iris Zavala en un curso de verano de la Universidad de Málaga. Iris lo clausuraba con una conferencia sobre el exilio. En su discurso citaba a María Zambrano, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y otros escritores exiliados en la Universidad de San Juan de Puerto Rico. Me pareció un lenguaje y una conceptuación del exilio enteramente nuevos, y a partir de ahí empecé a leer su obra.
Encontré a una mujer universal. Crítica literaria, historiadora, filósofa y feminista. Su feminismo era militante y revolucionario. Iris no simpatizaba con el feminismo de estado, lo consideraba conformista. Su feminismo iba vinculado a otros movimientos revolucionarios, como la lucha de los pueblos caribeños; y la liberación de las mujeres exigía antes que nada una apropiación del lenguaje como vehículo transformador de la realidad. Del discurso dominante del colonizador, que se impone como única realidad.
Dejé por un tiempo mi proyecto de libro sobre las mujeres en la II República española y me dispuse a contar lo que sabía de su vida y su obra. Mi intención era dar a conocer y difundir a una mujer de frontera, que acaba no siendo de ninguna parte, cuya inteligencia y valor personal no son homologables. Es verdad que ha habido muchas mujeres así, algunas han podido incluso ser conocidas y admiradas, pero a quién yo conocí, por azar, fue a ella, y eso me ha transformado como persona, más que cualquier otra experiencia personal.
El resultado de todo ello ha sido mi libro Que nadie muera sin amar el mar. Ensayo biográfico sobre la obra de Iris Zavala, publicado por la editorial Huso gracias a Mayda Bustamante, otra mujer de islas y que sabe de fronteras y limitaciones.