Intervención de la presidenta en el Día de las Escritoras
Muchas gracias …
Teresa de Jesús murió la noche anterior al 15 de octubre de 1582 según el nuevo calendario gregoriano que acababa de implantarse y que fue decretado por el papa Gregorio XIII con la intención de homogeneizar el calendario litúrgico en todo el orbe católico. Teresa de Jesús murió en brazos de Ana de Jesús, su más fiel discípula y seguidora, en el convento de la Anunciación, en Alba de Tormes, después de un desdichado viaje que la había dejado completamente exhausta. Tenía 67 años.
La escritora que mejor representa la eclosión del movimiento espiritual de su tiempo fue también una grandísima lectora, del Amadís de Gaula y otros libros de caballerías a los libros contemplativos escritos en un temprano castellano y cuya lectura la complacía en extremo. Porque ella no sabía latín. Como recuerda en el Libro de la Vida, de aquel placer se vio privada bruscamente cuando Fernando de Valdés, Gran Inquisidor, incluyó aquellas modestas lecturas en el Índice de libros prohibidos (1559) por considerar que aquella literatura devocionaria y contemplativa escrita en lengua vulgar era una literatura propia de “esposas de carpinteros”. La expresión la había utilizado despectivamente Fray Luis de Granada. Gracias a ella sabemos pues que las esposas de los carpinteros del siglo XVI leían. Leían y, probablemente, también escribían sus cosas. Y a base de mucha paciencia y esfuerzo nosotras, hijas y nietas de aquellas esposas de carpinteros recordamos con honor a nuestras antepasadas. Más de doscientos cincuenta años después, otra escritora, Carolina Coronado, se quejaba todavía de que las alas de águila de su espíritu de poeta estaban sujetas a la roca inmóvil de su condición de mujer. Hoy todo eso quedó atrás y las alas de las mujeres vuelan libremente sobre las rocas que las sujetaban. Hoy recordamos y amamos y respetamos el camino que todas las esposas de carpinteros nos abrieron, unas tras otras, trazando, entre serrines, un sutil hilo de conocimiento, arte y sensibilidad.
Gracias a la acogida y la generosidad con que la Biblioteca Nacional de España se ha volcado en este proyecto – y las instituciones tienen nombres que dan sentido las mismas: me refiero, en este caso, a su directora Ana Santos y a todo su maravilloso equipo, el Día de las Escritoras celebra hoy su quinto aniversario con la esperanza en el futuro más alta que nunca. Tanto las amigas y compañeras de FEDEPE como las socias y simpatizantes de Clásicas y Modernas estamos unidas en ese futuro por el que queremos luchar, hoy 19 de octubre de 2020 con más fuerza que nunca. Muchas gracias. Y gracias, querida Elvira Lindo por tu magnífico trabajo de selección y comisariado.