Carta abierta a los medios de comunicación ante la emergencia por violencia machista
La Asociación Clásicas y Modernas, ante el aumento incesante de asesinatos de mujeres —y sus hijas e hijos— como consecuencia de la violencia machista en su máxima expresión, desea trasladar a la sociedad en general y, muy especialmente, a los poderes públicos y los medios de comunicación la siguiente invitación a la reflexión:
1. La violencia machista —en todas sus manifestaciones— es el resultado de una manera concreta de entender la sociedad, de organizarla y de actuar en ella. No es un problema de un hombre concreto loco o enfermo. No es un problema de las mujeres que las mujeres tengan que solucionar. No es una lacra. Es un problema que implica al cien por cien de la población todos los días.
2. Consideramos que la modificación de las culturas que enmarcan la violencia machista constituye la prevención más eficaz para evitarla. Pero este empeño solo puede prosperar con la participación activa de la sociedad en su conjunto: de la comunidad educativa, los poderes públicos, la judicatura, los servicios sociales y el conjunto de agentes sociales y sociedad civil.
3. Hacemos un llamamiento especial a los hombres comprometidos con unas relaciones igualitarias, basadas en el respeto y la corresponsabilidad —que son la mayoría— para que hagan oír su voz y muestren su repulsa abierta a todos los tipos de violencia contra las mujeres. Porque las más pequeñas sustentan las mayores. Vosotros mejor que nadie podéis aislar a los hombres cuya conducta somete y viola los más elementales derechos de las mujeres, las jóvenes, las niñas y daña su dignidad. Estamos en un punto de no retorno en el que el silencio es una forma de complicidad. Os necesitamos a todos y os necesitamos posicionados sin ambages contra las violencias cotidianas, las desigualdades evidentes y las sutiles, y en todos los ámbitos, en la esfera pública y en la privada.
4. Queremos también destacar de forma muy especial el papel de los medios de comunicación como agentes fundamentales en la acción colectiva para erradicar la violencia machista. La eliminación de las violencias machistas no puede ser una prioridad solo cuando se produce el resultado de muerte. Los asesinatos machistas son una cuestión de Estado sobre la que toda la sociedad necesita a diario formación e información.
5. Los medios de comunicación, en todos sus formatos, tienen una obligación inexcusable a la hora de informar con un enfoque de responsabilidad social. Es fundamental evitar el morbo o dar difusión —aunque sea indirectamente— a mensajes negacionistas y bulos sobre la violencia machista que acaban calando en la sociedad y ralentizando la toma de conciencia.
Desde hace décadas, todas las Políticas de Igualdad recogen la importancia de que los medios de comunicación y de la —mal llamada— «cultura de masas» (cine, televisión, prensa, internet y, por supuesto, publicidad) dejen de potenciar imágenes discriminatorias y simplistas de las mujeres y utilicen un lenguaje no sexista e inclusivo.
En los últimos años, la idea tradicional de que los medios de comunicación no solo reflejan la realidad sino que, a menudo, se encargan de perpetuarla, ha derivado en la certeza de que dichos medios no reflejan la realidad sino que la «construyen» de una determinada forma dependiendo de múltiples intereses —que aquí no tenemos tiempo para analizar—.
Como agentes de socialización no vamos a decir que los medios de comunicación construyan desigualdades de género per se, pero sí ayudan, cada vez más, a consolidarlas. Son una fuente inagotable de educación informal. Además, en su papel de «orientadores de opinión» construyen la agenda de la sociedad, lanzan mensajes acerca de lo que es importante y lo que no.
Cuando se produce un asesinato machista observamos, consternadas, cómo se siguen produciendo titulares y textos desafortunados en los que se atribuye el desenlace a los celos, al amor, a las provocaciones, en los que se dice que las mujeres «mueren» aunque, en realidad, se las mata; se incluyen en la sección de Sucesos, en lugar de en Sociedad; se dan datos innecesarios como detalles de las heridas o la nacionalidad de los agresores o las víctimas; se infrautilizan las fuentes expertas; el vecindario y las voces no autorizadas están sobrerrepresentadas. Son solo algunos ejemplos de rutinas informativas que contribuyen a perpetuar estereotipos.
Una premisa para trabajar por la no discriminación es reconocer que la cultura introduce el sexismo (la discriminación en función del sexo mediante el género, jerarquizando el papel del sexo masculino). Los asesinatos que nos espantan no surgen de la nada, por casualidad o sin que nadie haya podido evitarlos. Son la consecuencia del abandono sistemático de la transversalidad y la dejación de responsabilidades de quienes, en todos los espacios, transmiten valores. Todo lo que comunica, divulga valores y los valores de la desigualdad no pueden derivar nunca en una sociedad sin violencias machistas.
Comuniquemos en igualdad, hagamos cultura en igualdad, aceleremos el cambio porque a la democracia le va vida en ello. Y, a las mujeres, también.
Con esta carta abierta, apelamos directamente a periodistas y medios para que, ante cada asesinato machista, informen con perspectiva de género y no discriminación atendiendo a unos criterios mínimos:
- Las palabras utilizadas son muy importantes. Las mujeres no mueren «a manos de…», las matan.
- El vecindario no puede sustituir a las fuentes expertas.
- Contextualizar la noticia sin justificaciones. No se mata por amor, por celos, por haber bebido o tomado drogas. Los hombres que matan a las mujeres lo hacen porque se creen en el derecho de hacerlo: esa es la causa.
- Evitar detalles que fomenten estereotipos o alimenten el morbo (nacionalidad, religión, heridas…).
- Impedir la revictimización juzgando el comportamiento de la víctima o identificándola con imágenes o datos que permitan localizarla.
- Una agresión machista no es una discusión ni una cuestión de pareja.
- La violencia de género no es un suceso, ni una lacra, es violencia estructural. El asesinato machista es el culmen de una escalada de violencias que hay que contar.
Tenemos la certeza de que los medios de comunicación del Estado español comparten con Clásicas y Modernas el deseo de la mayoría de nuestra sociedad: acabar cuanto antes con las violencias contra las mujeres. No nos cabe duda de que contribuirán a ello con todos los recursos a su alcance.