Entrevista a Nieves Simón: «Las correcciones que se necesitan en fotografía no son meramente cosméticas sino estructurales»
GYF. Género y Figura, reivindicando a las mujeres fotógrafas es una plataforma audiovisual y editorial que reivindica la presencia de fotógrafas en concursos, exposiciones, convocatorias…y en general, en el sector artístico. La idea surge inicialmente a partir de la convocatoria pública de Proyectos de I+D+irealizada por la Universidad Carlos III de Madrid para acciones de investigación que buscan financiación por micromecenazgo. A través de 216 cofinanciadoras en Goteo, GYF se ha convertido en una realidad.
Tribuna Feminista charla con Nieves Limón, docente en la Carlos III y una de las impulsoras de GYF.
Pregunta. ¿De dónde surge Género y Figura? ¿Por qué un crowdfunding?
Respuesta. Hace algo más de un año se abrió una convocatoria pública en la Universidad Carlos III de Madrid para la microfinanciación de líneas de investigación y acción que, dándose en el seno de la universidad, necesitaban de ayuda económica para su viabilidad. En esta convocatoria tenían especial cabida aquellos proyectos con una clara vocación de cambio social. Tras sopesar los pros y los contras de la convocatoria decidimos presentarnos para intentar sacar adelante Género y Figura, un proyecto feminista que trabaja en el campo de la teoría, análisis y creación fotográfica.
Una de las cuestiones que más nos preocupaban a la hora de presentarnos era, precisamente, que se adoptara una forma de financiación por crowdfunding, es decir, que para poder sacar adelante el proyecto tuvieran que implicarse muchas personas en la financiación de un proyecto que también surgía de un ente público. Tras comprobar que esto era una vía alternativa que intentaba paliar mínimamente las dificultades para financiarse que tiene algunas líneas de trabajo en la universidad y no un camino sustitutivo de otras formas de financiación, decidimos concursar. Además, la convocatoria también nos permitía reunirnos personas que actualmente tenemos una vinculación contractual con la universidad con personas que trabajan en las mismas áreas de conocimiento y creación pero desde otros sectores.
P. ¿Cuántas personas formáis parte del proyecto GYF?
R. Inicialmente somos 9 integrantes trabajando en cinco “áreas”: investigación, comunicación y coordinación, producción audiovisual, producción gráfica y web y producción editorial.
P. Sin embargo, GYF ha ido más allá de la primera idea de la convocatoria. También usáis las redes como espacio de denuncia, por ejemplo, de la falta de mujeres fotógrafas en premios, exposiciones… (como el Archivo de Cataluña).
R. Las derivas no previstas del proyecto son, bajo mi punto de vista, una de las cosas más interesantes y enriquecedoras. Dos ejemplos: hemos tenido la oportunidad de colaborar con el grupo de trabajo Wikiesfera, en Medialab Prado, y ahí hemos aprendido a editar en una herramienta colaborativa de amplio alcance como es Wikipedia, pero también a ser conscientes de los problemas que supone para la generación de un contenido tan accesible el hecho de que haya pocas editoras trabajando en estos entornos (sorprenden los enfoques que encontramos en algunas entradas o la falta de referencias de fotógrafas).
Otro ejemplo es el que señalas en tu pregunta: la agregación de contenido en redes sirve para ir generando una pequeña comunidad y sobre todo divulgando recursos, noticias, elementos que explícitamente vinculan feminismo con diversas áreas de creación (fundamentalmente fotográfica). Esto es bastante útil para aprender y, evidentemente, también para compartir todo ese conocimiento con aquellas personas que han querido seguir a GYF en las redes.
P. Habéis participado en charlas, encuentros, presentaciones y en edición de Wikipedia… ¿Crees que la situación de las mujeres en bastante similar en la creación, ya sea fotográfica, literaria o artística?
R. Dentro de nuestras posibilidades hemos intentado participar en los encuentros y charlas donde nos daban la oportunidad de exponer el proyecto. Tomamos estos momentos como espacios para divulgar el argumentario generado en las entradas del blog y las novedades de Goteo y los trabajos fotográficos que hemos ido descubriendo. También para encontrarnos con las asistentes y charlar con mujeres que, normalmente, tomaban la palabra en algún momento del encuentro. Gracias a esto se puede conocer opiniones “de primera mano” que generalmente vienen a ilustrar algo que ya sabemos: los problemas que afectan a muchas mujeres que desarrollan su actividad profesional en el campo fotográfico, por resumir, no son muy diferentes a los que se dan en otros ámbitos de creación artística. Las problemáticas que se planteaban y debatían en estos foros a los que acudían creadoras de diversas áreas, gestoras, comisarias, estudiantes… eran por lo general similares.
P. ¿Cuáles crees, en tu opinión, que son las causas para que ellas no estén? El otro día alguien me decía que no entendía ciertas reivindicaciones…que las mujeres tenemos acceso a todo en igualdad de condiciones…
R. En numerosas ocasiones se oyen juicios como los que apuntas en tu pregunta. Estoy en radical desacuerdo con este tipo de argumentaciones. El hecho de que en algunos ámbitos, como el que aquí nos ocupa, no existan explícitas barreras de acceso no quiere decir que de facto no se conviva con ellas. Actualmente hay actividades específicas que legitiman las prácticas fotográficas de las que hablamos, aunque no se esté de acuerdo con la existencia o funcionamiento de algunas de ellas. Por ejemplo: festivales, certámenes de carácter competitivo, publicaciones que realizan procesos de selección de aquello que divulgan, presencia de la fotografía en instituciones expositivas o en discursos de carácter analítico y/o histórico, empresas vinculadas a la creación y divulgación de proyectos fotográficos (editoriales, por ejemplo)… Todo esto permite construir un entramado de circulación y consolidación del trabajo fotográfico.
Se puede seguir dedicando mucho tiempo y esfuerzo a extraer diversos datos sobre estas y otras prácticas para llegar a conclusiones sistemáticamente parecidas y que ya conocemos: el número de fotógrafas con presencia activa en estos ámbitos muchas veces es menor porque, también, el número de fotógrafas que suelen concurrir o participar en estos entornos a veces es inferior. No me refiero, en absoluto, a que no existan (es evidentísimo que hay, ha habido y habrá un montón de fotógrafas), sino a que en muchas ocasiones no concurren, no se dan cita, en estas prácticas. Ahí es donde la cuestión pasa del número a la causa (a una de las causas, más bien): no se han conseguido las condiciones adecuadas para hacer que estas prácticas que, de hecho, son las que suelen acaparar la atención y de las que se pide material cuantitativo, sean asumidas como espacios donde las mujeres pueden desarrollar su actividad en igualdad de condiciones (de promoción, de reconocimiento por parte de su comunidad–que también forja identidad fotográfica-, salarial…) o respondiendo de forma certera a las particularidades de sus necesidades (físicas, psicológicas, sociales, artísticas…).
En numerosas ocasiones, aunque por supuesto esto depende mucho de cada quien, se producen ciertas reticencias a verse involucrada con algunas de estas prácticas (al rechazo sistemático en selecciones competitivas, a unos tiempos que en ocasiones no se adaptan a su modo de trabajo, a la falta de consideración como iguales en la relación con otros actores del sector…). Mientras tanto, esos certámenes, esas publicaciones, en definitiva, tales discursos cultuales siguen legitimando cierta fotografía. Y, tampoco vamos a engañarnos, la “omertá” sobre cuestiones polémicas y complejas, como los feminismos, es buena aliada para hacerse un hueco en casi cualquier ámbito profesional en la actualidad y así es difícil conseguir entornos realmente igualitarios.
P. Lo que habéis hecho con GYF, ¿es pionero? Me refiero, ¿cuál es la posición general del sector de la fotografía? ¿Es crítico con la falta de mujeres? ¿Lo ignora? ¿Lo conoce y le da igual?
R. GYF no es pionero en prácticamente nada de lo que ha propuesto. Podemos tomar como ejemplo un montón de proyectos previos y paralelos que hemos ido conociendo y compartiendo. Por ejemplo, trabajos como Fast Forward. Women & Photography, Firecracker o Obiettivo Donna han sido valiosos referentes. Una de las cosas que hemos intentado hacer es referenciar este tipo de acciones en las webgrafía, aportar recursos bibliográficos de los que aprendemos bastante y divulgar o colaborar con otras plataformas feministas o instituciones que, puntualmente, llevan a cabo algunas actividades con esta intención. A tenor de lo visto, es posible pensar que la situación es ampliamente conocida y que se está actuando para intentar paliar las carencias y fallos que ya hemos comentado, otra cosa es que lo estemos haciendo de forma adecuada.
Las correcciones que se necesitan no son meramente cosméticas (desde tal institución se participa económicamente en una acción que da especial cabida al trabajo desarrollado por las mujeres, por ejemplo), sino estructurales (pero luego no se cambian las dinámicas de funcionamiento generales de la intuición en cuestión y volvemos a los datos y las dinámicas de siempre, se desactiva la propuesta). Este es uno de los riesgos que se corre cuando entran en escena distintos actores institucionales (museos, galerías, escuelas, universidades, medios de comunicación, editoriales…), pero no siempre sucede, hay que estar atentas, y tampoco es la razón para no trabajar en y por ello, creo yo.
P. Y una pregunta más concreta aún, en el sector no sólo fotográfico sino de artes visuales, ¿cuáles han sido las reacciones cuando surge GYF? ¿Os habéis encontrado con algunas personas que no entendieran la importancia de GYF?
R. En general ha sido muy positiva. Una muestra de ello son las cofinanciadoras que nos ayudaron a salir adelante y que colaboran de la forma que pueden. También la cantidad de fotógrafas y compañeras de muchos ámbitos que se han puesto en contacto y que nos han ayudado de forma muy generosa: la editorial Dalpine, las cinco visionadoras que participaron en la convocatoria, gestoras culturales que nos han dado la oportunidad de participar en distintos foros, personas que nos pedían referencias o recursos, estudiantes que querían trabajar en esta línea… Es cierto que a veces se recibe algún mail o contestación desagradable o que cuando no se ha podido participar o gestionar algo las reacciones son airadas, pero esto pasa siempre, en cualquier ámbito, y generalmente no tiene mucha importancia. A veces sirve para plantearse respuestas apropiadas a aquellas críticas, en ocasiones razonables, que las merezcan.
Hemos intentado ofrecer argumentos para cuestiones que nos son tan sencillas (¿propuestas como GYF generan un “gueto de mujeres”?, ¿por qué intentamos dar cabida especialmente al trabajo de mujeres fotógrafas si no creemos que existan solo dos géneros?, ¿es adecuado utilizar el término “mujeres fotógrafas”?, ¿estamos fomentando dinámicas competitivas al seleccionar solo algunos trabajos?, ¿en base a qué criterios los seleccionamos?, rescatar nombres de fotógrafas ¿es una acción fotofeminista o una simple “corrección cosmética”? y, en última instancia, ¿qué tiene que ver la fotografía con el género?) y dar todo el espacio que hemos podido a la difusión del trabajo de numerosas fotógrafas: en la web, cuando algún medio nos pedía material, cuando se han pedido referencias para expos, con las convocatorias…
P. ¿Cuál es el siguiente paso en GYF? ¿Qué pensáis hacer en próximas ediciones?
R. El proyecto surge para la presente edición, los fondos conseguidos por el momento cubren esto. A partir de ahí, tenemos ideas y ganas, pero ahora es momento de dar su lugar a lo que llevamos tiempo trabajado.