Alma Reville a la sombra de Alfred Hitchcock
El 12 de Febrero en el marco del ciclo “Ni ellas musas, ni ellos genios” celebrado en el Caixa Forum, la directora de cine y guionista Inés París Bouza realizó una impecable conferencia basada en la relación de una de las parejas más famosas de la historia del cine: Alfred Hitchcock y Alma Reville.
Aunque siempre se ha hablado mucho de la reconocida y aclamada pareja, París propuso un análisis en profundidad de la vida profesional y de la obra desarrollada por la guionista inglesa y en cómo influyó de una manera contundente y definitiva en lo que es reconocido como el estilo narrativo y cinematográfico de Hitchcock.
Alma Reville es el nombre de soltera al que renunció cuando se casó con el director y aunque existen pocos registros y documentos de los comienzos de Alma en la industria cinematográfica, se sabe que con tan sólo 16 años empieza a trabajar como montajista de cine mudo. Pronto se convierte no solamente en una de las primeras mujeres montajistas en la historia del cine, sino que además desarrollando este oficio en un momento en el que el montaje no sólo resultaba fundamental sino que se presentaba como un espacio de creación y narrativa imprescindible dentro del cine.
Una vez que Alma ha pasado algunos años en la sala de montaje, su deseo de hacer parte del proceso de rodaje de las películas se cumple y es así como empieza a ser script de múltiples películas reconocidas en su momento, dentro de las cuales se destaca su labor junto al director D.W. Griffith. Es en este momento en el que conoce a quien sería su futuro esposo y en el espacio en el que se propicia la relación que duraría más de 50 años.
Las experiencias que vivió Reville siendo tan joven le generaron un aprendizaje y una sensibilidad única en el lenguaje cinematográfico, conocimiento que no sólo fue de utilidad para su trabajo sino que además resultó ser parte fundamental para la obra cinematográfica de Hitchcock. Una vez que la pareja se consolida y se reconocen en la industria del cine, él como director y ella como su principal guionista y script, se mudan a Estados Unidos, lo que significará un antes y un después en la obra de Alma.
En su vida en Estados Unidos, el anonimato de su aporte se refuerza y se hace evidente, aparentemente su vida termina volcándose a los servicios de sus esposo y su hija, sin embargo el continuo aporte creativo que siguió haciendo a las películas de Hitchcock es todavía reconocido por todas las personas participes en las películas, quien hoy en día reconocen que sin ella el resultado nunca habría sido el mismo.
Es su hija (Patricia Hitchcock) quien a través de su libro “The woman behind the man” expone la invisibilización de su madre en la historia del cine a la sombra de su padre.
A través de esta exposición histórica, la directora Inés París nos propone una revisión al papel de la mujer en el cine y a la inequidad que incluso hoy en día vemos, analizando una industria que cuanto más poder político y económico adquiere, más expulsa a la mujer en sus producciones. Y aunque reconoce los grandes aportes de Hitchcock al cine, es inevitable preguntarse ¿cómo sería el cine que Alma Reville podría habernos ofrecido?