Aitana Sánchez-Gijón grita por las mujeres en guerra. Estreno «Troyanas»
Publicado originalmente por El País el 19/07/2017
Se podía sentir la magia mientras se contemplaba Troyanas, en el teatro romano de Mérida. Carme Portaceli, directora de la obra, mete al espectador en las calles de la desolada ciudad siria de Alepo mientras la reina Hécuba grita desesperada por las mujeres que en la batalla han perdido a esposos, hijos y padres. Mujeres que serán sorteadas como botín de guerra una vez que los vencedores se lancen a su conquista y se convertirán en víctimas de su propia tragedia. Por el escenario deambulan, entre los muertos, Casandra, Helena, Andrómaca, Polixena, Clitemnestra, Ifiginea y Hermione.
El dramaturgo Alberto Conejero ha escrito un texto, basado en la pieza original de Eurípides, centrado en las mujeres, las grandes olvidadas de las guerras, un texto en el que un hombre, representado por Ernesto Alterio, pone voz a un funesto mensajero que va narrando las tragedias a las que se verán sometidas todas ellas antes de que la ciudad desaparezca pasto de las llamas.
Las mujeres de Troya, una vez finalizada la guerra, quedan a merced de los vencedores y son violadas, torturadas y abandonadas. No importa de que siglo se hable porque a lo largo de la historia, una y otra vez, quedan despojadas de todo.
Aitana Sánchez-Gijón, convertida en una Hécuba fuerte, pone su voz a merced de millones de mujeres que, hoy, en el siglo XXI, abandonan su patria devastada por las bombas y se aferran a la vida junto a las alambradas de los campos de refugiados. “Ella, con un texto certero, poético y maravilloso, representa el sentido de la justicia, la moral y la ética aferrándose a la vida para seguir adelante paso a paso”, sentencia esta intérprete de 48 años que lleva las imágenes de la destrucción de la ciudad Siria al lugar en el que vive en Madrid. Las calles, las casas, el barrio.
“Vivimos en un pequeño paraíso que en segundos puede ser destruido y las tragedias las tenemos mirando al Mediterráneo, en las barcazas que cruzan las aguas en busca de una vida mejor, los refugiados en los campos, o las fronteras cerradas para aquellos que huyen de una tierra sin esperanza. No hace falta que vayamos a Troya. La guerra y sus consecuencias las tenemos junto a nosotros”, explicó la actriz ayer horas antes de subir al escenario y estrenar esta obra en la que también participan Alba Flores, Maggie Cavantos, Pepa López, Miriam Iscla y Gabriela Flores.