Felicitémosnos por un histórico 8M en Madrid
19 horas en la Plaza Cibeles. Esa era la convocatoria, pero apenas media hora más tarde era imposible transitar por la plaza, algunas salidas del metro Banco de España ya estaban cortadas por el aluvión de personas que, al parecer, las fuerzas de seguridad no se esperaban. Y lo cierto es que si pensaban en manifestaciones anteriores del Día Internacional de la Mujer las previsiones no harían pensar en la tremenda marea humana que se ha visto este año. Nada que ver con otros 8M. Ha sido diferente. La fuerza del movimiento feminista de Madrid para animar a todas las edades ha sido impresionante.
A las 19.30h la marea se extendía por los cuatro carriles de la calle Alcalá hasta no poder divisar el fin de las cabecitas que llegaban a poblar el inicio de Gran Vía.
Según la organización, fuimos medio millón de manifestantes, y sin embargo la Delegación de Gobierno contabilizó 40.000 personas. Tengo claro que hubo varias decenas de miles en las casi tres horas que duró el recorrido Cibeles-Plaza de España. Me sorprendió ver más adolescentes que nunca, vestidas de negro, con camisetas denunciando el feminicidio que asola nuestro país, gritando más que nadie que “no son muertes, son asesinatos”, que están hartas de la imposiciones de la talla perfecta, de que dicten sobre lo que pueden hacer con sus cuerpos, sobre su libertad. La cabecera de la manifestación eran ellas, las más jóvenes, las más exaltadas. Pero en la gran marea te encontrabas con señores y señoras mayores, madres y padres jóvenes con sus bebés… Era muy ecléctica y los colores predominantes eran el negro y el violeta.
Como punto final, una declaración por parte de varias integrantes del movimiento feminista madrileño, recuerdo y aplausos por las mujeres que horas antes habían finalizado su huelga de hambre en Sol por las asesinadas, y un merengue feminista que tuvo replay y con el que todas y todos nos fuimos con una sonrisa. Por la esperanza en el cambio y porque al fin hemos entendido la fuerza de la unión feminista.